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Microcorriente vs terapia con luz roja

En 2023, toda gira en torno a las modalidades no invasivas para tratar y transformar la piel. En particular, dos de las mejores opciones en el mercado son la microcorriente y la terapia de luz roja, que se pueden utilizar para tratar muchas afecciones de la piel y se sabe que producen resultados sorprendentes sin tiempo de inactividad.

Sin embargo, lo que muchos quieren saber es cuál funciona mejor y si hay alguna ventaja en elegir una sobre la otra. La respuesta breve a esta pregunta es que no hay necesidad de elegir. Tanto la microcorriente como la terapia de luz roja pueden ser beneficiosas para incluir en tu rutina. Se trata más bien de saber cómo funcionan y qué pueden hacer específicamente por tu piel. A continuación te explicamos los detalles:

Los múltiples beneficios de la microcorriente

La microcorriente es una modalidad que utiliza corriente eléctrica de bajo nivel para estimular la piel y los músculos faciales. A veces se denomina lifting facial no quirúrgico, debido a su capacidad para levantar, tensar y tonificar la piel. Con un solo tratamiento se pueden obtener resultados como una mayor definición de los pómulos y el contorno de la mandíbula.

Dado que la microcorriente estimula la producción de nuevo colágeno y el rejuvenecimiento a nivel celular, puede ser eficaz para reducir los signos del envejecimiento, como líneas finas, arrugas, manchas oscuras y flacidez de la piel. También puede trabajar para promover el drenaje linfático, que puede ser útil en la curación del acné, y la reducción de la retención de líquidos en la cara.

Resultados de la fototerapia con luz roja

La fototerapia con luz roja es similar a la microcorriente porque es suave y no invasiva. Cuando se utiliza para tratar la piel, funciona exponiendo las células cutáneas a longitudes de onda de luz LED roja, que se cree que reducen la inflamación y energizan la piel. Al tener más energía, la piel puede funcionar a niveles óptimos, completando los procesos de renovación celular, produciendo nuevo colágeno y reparando las células dañadas a un ritmo mayor.

Al igual que la microcorriente, la fototerapia con luz roja puede utilizarse para tratar el envejecimiento de la piel; sin embargo, una diferencia clave es que carece de la capacidad de estimular el drenaje linfático o el movimiento muscular en los músculos faciales y, por lo tanto, no produce los mismos efectos de esculpido que la microcorriente.

Lo mejor de ambos mundos: microcorriente + terapia con luz roja

Por supuesto, si no puedes decidir entre las dos, la gran noticia es que la microcorriente y la terapia con luz roja son complementarias y pueden combinarse fácilmente para obtener mayores beneficios. También vale la pena señalar que, dado que tanto la microcorriente como la terapia con luz roja producen resultados acumulativos con el tiempo, la mejor rutina es aquella que incorpora una o más de ellas de forma constante, idealmente al menos una vez por semana

Para ello, puedes utilizar ambas modalidades de forma consecutiva o alternarlas en días diferentes. También puedes variar tu rutina para incluir tratamientos profesionales o en casa, según tus preferencias y necesidades.

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